Solo tienes que intentar hacer algo para terminar haciéndolo. Y el 90% de las veces es así.
Si tienes un mal día, no suele depender de ti, pero somos especialistas en hacer un mundo de una cosa muy pequeñita, algo nos descoloca o no hemos descansado bien y parece que todo se tuerce… Pero ya sabes que no es lo que te ocurre, sino como lo afrontas.
¿Y si tratas de olvidarte de todo por unos minutos y te dejas llevar por esta lista?
1. Respira. Comienza, continúa o termina el día respirando profundamente. Todo comienza a verse más sencillo.
2. Estira. Estira por el placer de sentir hasta donde eres capaz de llevar tus brazos alejados de tu cuerpo.
3. Sonríe. Que no sea más importante sonreír al vecino, antes que a ti misma. No necesitas más razones que la de hacerte sentir bien, la alegría comienza cuando sonríes.
4. Agradece. Tienes suerte. Razones infinitas. Se consciente.
5. Tiempo para ti. Eres dueña de tu tiempo, al menos de 5 minutos cada día, como mínimo para dedicártelos a ti. A lo que te plazca. Pregúntate qué quieres, y hazlo.
A veces lo sencillo es lo más efectivo. Solo hay que permitirse ver qué pasa si lo hacemos.
No lo dudes más, ponlo en práctica y cuéntame qué te ha parecido.