Me gustaría que resonara en tu cabeza y mucho, mi reflexión de hoy.

Te cuento, a lo largo de mi vida, siempre me ha acompañado, siempre he sabido que estaba ahí y no siempre me he dado cuenta, no siempre le he dado credibilidad, no siempre he querido escuchar, aprender de mi misma.

Pero de un tiempo a esta parte, le he dado el lugar que se merece, lo escucho atentamente cada día, cada mañana, en cada circunstancia y en cada situación complicada.

Me refiero a ese mecanismo que TOD@S tenemos ahí dentro. Yo creo que se encuentra entre el corazón y la cabeza pero se mueve porque es invisible, pero a la vez tiene mucha presencia.

Ese mecanismo que sin saber cómo, te avisa de que no debes pasar por ahí, no debes confiar en esa persona, o sí debes abrirte a tal otra, aunque la acabas de conocer.

Ese mecanismo que nos pone en guardia y que, a la vez, nos da esa confianza ciega cuando sin saber por qué, sabemos que ese es el camino correcto.

No es complicado hacer uso de este mecanismo, tu mism@ no puedes huir de él, pero a veces lo ignoramos por completo.

Llámalo intuición, llámalo sabiduría des subconsciente, llámalo tripas, llámalo como quieras, pero escúchalo más, y como está dentro de ti, ESCÚCHATE MÁS.

En cuanto lo hagas, y confíes, siempre con sentido común, descubrirás que eres más tu que nunca, que aciertas más, que te sientes mejor con lo que eres y con lo que haces, y eso, amig@ mí@, es algo a lo que no querrás renunciar.

Hemos venido a vivir, a vivirlo todo, pero sobre todo sintiéndonos a gusto con nosotros y con la vida, y siendo lo más felices que podamos.