Si lleváis tiempo por aquí o mi Instagram, sabréis que siempre escribo y publico temas relacionados con mis sentimientos y emociones, que a fin de cuentas, son los mismos para todos.
Llevo unos días dándole vueltas, pero creo que no es momento de perder el tiempo, sino de pasar a la acción y con todo mi cariño espero que estos consejos te sirvan a ti y a tu miedo para vivir mejor.
Es importante que sepas que TODOS tenemos miedo, alguna vez o de forma permanente, a cosas lógicas y reales o de forma irreal.
Pero en mi humilde opinión, todos los miedos, o la mayoría de ellos se pueden gestionar de las mismas maneras.
Te cuento aquí mis claves:
- Identifica tus miedos, pon palabras a ese terror, verbalízalos sin pudor.
- No importa si son muchos o pocos, lo importante es saber que están ahí, y darles su lugar.
- Hacerlos desaparecer no es una opción, al menos por ahora. Puede que te acompañen mucho tiempo, así que trata de comprenderlos y que no te amarguen la existencia.
- Enfréntate a ellos.
Yo tengo miedos irracionales, uno de los más importantes es mi miedo a la carretera. No tengo miedo a conducir, pero cuando voy en carretera y no es camino habitual, me empiezo a agobiar, suelo imaginarme pegando un volantazo, volcando y teniendo un accidente. Me empiezan a sudar las manos, el pensamiento de que “no soy capaz” no para de sonar en mi mente y lo paso realmente mal.
Sin embargo, de camino al trabajo donde hay un tramo de autovía voy totalmente confiada y puedo ir bastante deprisa.
Este es un miedo que me limita bastante, me siento inferior incluso a mi familia por no poder sobreponerme y dejar de sentir como me siento.
Hace unos meses fui sola a unos 60 kms. de mi ciudad y hacía mucho mucho viento, al ir sola, mi coche se movía de lado a lado y dudaba entre parar, mantener la velocidad, frenar o incluso acelerar. Me invadía el miedo, y mis manos no dejaban de sudar.
Creo que es un buen ejemplo de como enfrentar el miedo.
A pesar de tener mucho respeto a ir en carretera sola, lo hice. El miedo no puede limitarnos.
Y una vez en carretera, y como nos puede pasar con cualquier miedo, no podía hacer otra cosa que guardar la calma, pensar argumentos reales que me llevarían a salvo a casa.
Y así hice:
- Manos firmes al volante. Velocidad prudente, similar a la de los demás, en el carril de en medio, donde me sentía más segura. Y saber que con más de 10 años de carnet y a pesar del viento, iba a llegar bien a casa. También me ayudó poner música antes de empezar el trayecto.
- Mantener la calma. No quedaba otra, nadie iba a venir a conducir por mi y llevarme a casa.
- Pensar argumentos, ser racional.
- Creer y saber que podría con ello, pensar en mi familia y en llegar, me ayudó.
Con esta pequeña historia lo que pretendo es animarte a que no guardes tu miedo en el fondo del cajón y dejes de hacer algo porque te de miedo. Porque ese miedo se volverá cada día más grande y puede incuso a controlar nuestra vida y limitarla.
Y yo me niego.
Estos días también estoy experimentando otro tipo de miedo, miedo a que llegue alguna mala noticia relacionada con la salud y la familia.
Este miedo es diferente al anterior, porque aquí nos enfrentamos a lo desconocido, a la espera, y al no saber qué pasará.
Además, se une, que en días de confinamiento, tenemos “más tiempo” para pensar, para buscar en internet y para hacer que nuestro miedo sea más grande, gracias a pensar cosas negativas y nada objetivas.
Si estáis esperando alguna operación, vuestra o de algún familiar, algún resultado que a priori no pinta demasiado bien, o vuestra estabilidad laboral pende de un hilo, puedes hacer lo siguiente:
- Si vas a investigar las posibles resoluciones, porque no puedes evitarlo, hazlo siempre de fuentes y páginas fiables.
- No leas información no oficial del terreno que sea, que llene tu cabeza de posibilidades negativas que seguramente NO se van a dar.
- Si lo que te atormenta tiene fecha de fin, trata por todos los medios de ocupar tu mente hasta entonces con temas no relacionados.
- Actúa de tal forma y ten el convencimiento de que has hecho y estás haciendo todo lo posible y que está en tu mano para que todo salga bien.
- Si esperas algún resultado de una prueba por haber tenido un hábito no saludable, ahora no es el momento de lamentarse ni arrepentirse ni martirizarse. Es el momento de “recomenzar”, enfocarlo como una nueva oportunidad, donde nos darán un nombre y una solución.
- Hasta entonces, el pensamiento positivo ayuda. Está en tu mano no dejarte llevar por los malos pensamientos, a veces costará un poco más, pero piensa que nada de lo que pienses es real, no puedes atormentarte por algo que aún no ha ocurrido.
Y por último, y creo que lo más importante, habla de tus miedos. Habla con tu pareja, con tus hijos si son mayores, con tu mejor amiga, con tu padre, con tus hermanos. Habla con quien creas que te va a comprender y darte ese punto de vista realista del miedo que te ayudará a enfrentarlo.
Espero que te haya gustado y sobre todo que te sirvan estos consejos y experiencia propia.
Hola Laura, me ha encantado el post, y te doy las gracias por abrir tu corazón y contar gráficamente tu experiencia porque eso llega más y me alegra que trabajes por controlar tus miedos, porque todos los tenemos y el problema sería si te controlaran a ti. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que expresar, todo lo que sentimos y más cuando son sentimientos que nos hacen daño y los miedos lo son, no podemos guardarlos dentro porque allí se hacen mas grandes y no se superan. Un abrazo